Dakhla Oasis

De los 4 oasis que siguen paralelos al Nilo por el Desierto Occidental de Egipto, quizás el de Dakhla sea el más auténtico de ellos, pues es el más remoto y más alejado de cualquier otro tipo de atracción turística que implique una parada para los viajeros, con lo que es de lo más recomendable si estás buscando una experiencia fuera de las rutas turísticas habituales.

A diferencia de los otros oasis, el de Dahkla está además situado por encima del nivel del mar, a unos 120m de altitud y se nutre de más de 520 fuentes de agua de sus alrededores y da cobijo a unas 75.000 personas repartidas entre 14 poblaciones de fuertes y diferenciadas costumbres, aunque las únicas que tienen la categoría de pueblo son Al-Qasr y Mut, ambas con preciosa arquitectura con casas de adobe, mezquitas y hasta una madraza donde dan ganas de adentrarse a explorar y establecer contacto con la hospitalaria gente local.

Esta región ha estado habitada durante milenios debido a la presencia del agua, así que aparte de pueblos idílicos tienes también mucha historia a tu alcance, con lugares como las tumbas de Muzawaka o el Templo de Deir Al-Hagar.

Otro lugar interesante alrededor del oasis es el pueblo de Qalamoun, que proyecta una imagen casi romántica de pequeño enclave en el desierto, con tumbas otomanas y un pequeño lago en sus alrededores. Rashda también destaca con su minarete de la Mezquita de los Viernes, Budkhulu con su mezquita del siglo XII y una auténtica panadería, Bashendi con sus casas coloridas y su santuari a Pasha Hindi o Balat con sus bonitos rincones y muros de las casas decorados con la historia del viaje a la Meca de su propietario.